Dentro del universo felino existen algunos ejemplares que se diferencian de la gran mayoría por presentar enfermedades raras. Si bien son pocos los mininos que pueden sufrirlas, no significa que nunca se presenten. Estas son algunas de ellas.
Enfermedad de Cushing
Las lesiones de piel son el principal síntoma de esta enfermedad y el que hace que los dueños de gatos acudan al veterinario. Los animales con cushing se caracterizan por presentar pérdida de pelo, sarna generalizada, ausencia de rasquiña y piel débil y delgada.
La pérdida progresiva de pelo puede empezar en las prominencias óseas y eventualmente involucrar flancos (costados), perineo y abdomen.
Por otra parte, la delgadez de la piel dificulta la cicatrización y vuelve a los gatos más susceptibles a una infección. Este riesgo se incrementa debido a la supresión del sistema inmune, una respuesta asociada a esta enfermedad, también conocida como hiperadrenocorticismo.
Uno de los síntomas de la enfermedad de Cushing es la pérdida de pelo. Foto: iStock.
Sarna notoédrica
Muchas enfermedades pueden causarle rasquiña a un gato; por ejemplo, las pulgas o las alergias, siendo estas las más comunes. La sarna notoédrica tiene el mismo síntoma. Es causada por un ácaro microscópico que se transmite entre gatos y se aloja en su piel para producir una intensa piquiña en cabeza, cuello, orejas y manos.
El tratamiento no es cosa sencilla, pues debe involucrar a todos los gatos que se encuentren en contacto con el felino.
Hiperestesia felina
Esta enfermedad se diagnostica por descarte: ahí radica su rareza. Los felinos con hiperestesia pueden desarrollar comportamientos extraños como morderse a sí mismos, vocalizaciones raras, periodos de alta actividad e incluso convulsiones. Su tratamiento se enfoca en disminuirles la ansiedad.
Peritonitis infecciosa felina
Todos los amantes de gatos han escuchado alguna vez en su vida sobre la temida y casi mítica peritonitis infecciosa felina, aunque su presentación es bastante rara. Esta enfermedad es causada por un virus, pero lo más extraño es que la mayoría de felinos infectados lo contrajeron cuando aún eran unas crías. Al crecer, solo una pequeña cantidad de animales desarrolla la enfermedad.
Sus síntomas son: falta de apetito, baja actividad, pérdida de peso, líquido abdominal, dificultad para respirar y para caminar, y convulsiones. El tratamiento depende de los síntomas asociados.
30% de los gatos caseros están infectados con el virus de la PIF, aproximadamente; pero, solo unos pocos lo desarrollan. Foto: iStock.
Acromegalia
Esta enfermedad es causada por la sobreproducción de la hormona de crecimiento en el cuerpo de los gatos y usualmente aparece por un tumor en la glándula pituitaria. El resultado: un gato excesivamente grande, cabezón y con órganos agrandados. La acromegalia está asociada a la diabetes y a las enfermedades cardíacas en mininos. El tratamiento generalmente no tiene buenos resultados.
Disautonomía o síndrome Key-Gaskell
Es consecuencia de anormalidades en el sistema nervioso, pero aún se desconoce su causa exacta. Los gatos que la sufren pueden presentar falta de apetito, vómito, ausencia de respuesta pupilar, elevación del tercer párpado, deshidratación, constipación, dificultad para comer y orinar, baja producción de lágrimas y baja frecuencia cardiaca. El tratamiento puede ayudarles a mejorar su calidad de vida, pero la mayoría no logra recuperarse y la eutanasia siempre es una opción.
Por Guillermo Rico, Médico veterinario y periodista con maestría en Ciencias Biológicas. Docente universitario, emprendedor y consultor en temas de perros y gatos.
Tomado de https://www.4patas.com.co/gatos/salud/articulo/tipos-de-rarezas-felinas/7263